Thursday, July 29, 2004

“Imeldific”

Manila, 29 de julio de 2004.

Los diccionarios de las diferentes lenguas se suelen nutrir de nuevos términos usados por la gente común. En el inglés hablado en Filipinas, hay un término que, aunque acuñado ya hace algunos años, se puede decir que es nuevo. Esta nueva entrada no es otra que “IMELDIFIC”.

Con la venia de la Real Academia de la Lengua, permítaseme traducirlo al castellano como “IMELDÍFICO”. Como definición sirva lo que sigue: “(De “Imelda Marcos”, paradigmática coleccionista de zapatos) Adjetivo. Dícese de lo que es ostentosamente extravagante hasta el punto de la vulgaridad.

El pasado lunes tuve la oportunidad de ir al cine a ver la película “Imelda”. Es un reportaje sobre la persona de Dña. Imelda de Marcos. Es casi un monólogo de la protagonista en el que cuenta su vida. En algunos momentos se intercalan entrevistas de personas que o bien la conocieron o bien la sufrieron.
Resulta interesante que el balance de las entrevistas se decanta a favor del personaje ya que son contadas las entrevistas realizadas a quienes sufrieron la megalomanía de Dña. Imelda.
Ahora bien, al final del film, el espectador se siente absolutamente libre de adherirse a la figura de la protagonista o de rechazarla. Para esto último no hace falta gran esfuerzo. La verborrea pletórica de vanidad que, con fines apologéticos, la doña ofrece, no hace más que demostrar su perniciosa influencia en la historia reciente y actual de este país.

Tras visionar el film, me quedó regusto de tristeza. ¿Cómo es posible tanta jactanciosa demostración de vacuidad?

Se me ocurre hacer ejercicio de psico-política (sic.). Dictador es la persona que quiere dominar la realidad porque la realidad le domina y en su afán se construye un falso mundo con el único pretexto de destruir la realidad y a quienes en ella se encuentran. Ahora bien, dada su incapacidad para acometer tamaño empeño, son utilizados por un coro de aduladores que se aprovechan de la situación adulando al inepto gobernante y hurtando libertad y dinero al honesto ciudadano.

Que perversa es la ineptitud cuando cae en manos del depravado.

En el esfuerzo de la psico-política (sic.) tal vez cabría fijar un nuevo término: “Imeldofrenia”, que vendría a ser como una sinergia entre la esquizofrenia y la oligofrenia; como una suerte de síndrome padecido por el honesto ciudadano y que puede afectar dramáticamente a la historia de una nación.

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